viernes, 22 de agosto de 2014

WARREN IV: EL BALANCE


Una de las primeras cosas que debemos estudiar en una empresa son sus activos disponibles (dinero en efectivo e inmuebles), y la cantidad de dinero que debe a sus proveedores, a los bancos y a los titulares de obligaciones. Los balances de situación son válidos únicamente en una fecha concreta.

Un balance se divide en dos partes: la primera comprende todos los activos. Se incluyen el efectivo, las cuentas a cobrar, el inventario, los bienes inmuebles, la planta y los equipos. La segunda comprende el pasivo y el patrimonio neto. Bajo el concepto de pasivo encontramos dos tipos diferentes: el pasivo corriente y el pasivo no corriente. El pasivo corriente es el que se debe dentro del año, que incluye las cuentas a pagar, los gastos diferidos, la deuda a corto plazo y la deuda a largo plazo vencida. El pasivo no corriente es aquel que vencerá en un año o un plazo más largo e incluye el dinero que se adeuda a los proveedores, los impuestos no pagados, los préstamos bancarios y los empréstitos en obligaciones.

Si tomamos todos los activos y les restamos todos los pasivos, obtendremos el  del patrimonio neto del negocio, que es lo mismo que los fondos propios.

ACTIVOS

Aquí es donde se guarda todo lo bueno: el dinero en efectivo, la planta y los equipos, las patentes y todo lo que genera riqueza. Los activos corrientes son aquellos que son efectivo o bien pueden convertirse o se convertirán en efectivo en un periodo muy corto.

Todos los demás activos son aquellos que no son corrientes, lo que significa que no se convertirán en efectivo en el plazo de un año.

CICLO DE ACTIVOS CORRIENTES: COMO HACER DINERO

Son los activos que se encuentran dentro del ciclo de efectivo que se dedica a la compra de inventario; a continuación, este inventario se vende y se convierte en cuentas a cobrar. Las cuentas a cobrar, una vez abonadas, vuelven al efectivo. Efectivo, inventario, cuentas a cobrar, efectivo. Este ciclo se repite una y otra vez, y así es como la compañía gana dinero.

EFECTIVO Y EQUIVALENTES DE EFECTIVO

Una de las primeras acciones que Warren lleva a cabo es mirar los activos para ver cuánto efectivo y equivalentes de efectivo tiene una compañía. Una cifra elevada de efectivo indica una de las dos siguientes cosas: o bien que la empresa tiene una ventaja competitiva que genera una gran cantidad de efectivo, lo que es un dato positivo, o bien que simplemente ha vendido un negocio o muchos bonos, lo cual puede ser algo no tan bueno. Una cantidad baja o la falta de reservas de efectivo significan, normalmente, que la compañía tiene un rendimiento económico bajo o mediocre.

El dinero entra por la puerta, y si entra más rápidamente de lo que se necesita para cubrir los costes operativos, entonces éste empieza a acumularse; a medida que se va acumulando, la empresa debe decidir qué hacer con él. Tradicionalmente, las empresas han utilizado el excedente de efectivo para ampliar sus operaciones, pero los negocios nuevos invierten en negocios de los que adquieren la propiedad parcial a través del mercado bursátil, compran acciones propias o bien pagan dividendos a los accionistas. Pero a menudo simplemente lo guardan para cuando lleguen tiempos peores.

Una empresa dispone básicamente de tres maneras de crear una gran reserva de efectivo. Puede vender obligaciones o acciones al público, con lo cual se crea una reserva de efectivo antes de hacer uso de éste. También puede vender un negocio existente u otros activos propiedad de la empresa, con lo cual también se crea una reserva de efectivo antes de que la compañía encuentre otros usos para éste. O bien tiene un negocio que genera más efectivo del que necesita para su funcionamiento. Es precisamente este último escenario de una gran reserva de efectivo creada por un negocio que genera más de lo que necesita lo que atrae realmente la atención de Warren, un negocio que dispone de algún tipo de ventaja competitiva duradera a su favor.

Cuando Warren ve una empresa que sufre un problema económico a corto plazo que provoca que el precio de sus acciones baje, mirará el efectivo o los títulos realizables que la compañía ha acumulado, para así tener una idea de si dispone de la fuerza financiera necesaria para salir de los problemas en los que se ha metido.

Así pues, la norma es la siguiente: si vemos una gran reserva de capital y de títulos realizables y muy poca o ninguna deuda, existen muchas posibilidades de que el negocio siga adelante y supere los momentos difíciles. Pero si la empresa lucha por conseguir efectivo y soporta una deuda muy elevada, entonces probablemente se trate de un barco que se está hundiendo. Si vemos una gran cantidad de deuda, muy probablemente no estaremos ante un negocio excepcional. Pero si vemos un montón de efectivo acumulándose y poca o ninguna deuda, y ninguna vena de acciones nuevas o activos, y también vemos un historial de ganancias sistemáticas, entonces probablemente nos encontremos ante un negocio excelente con la ventaja competitiva que buscamos.

El efectivo es el rey durante los tiempos difíciles, por lo que si disponemos de él cuando la competencia no o tiene, entonces nosotros tendremos el mando.

EXISTENCIAS: LO QUE LA COMPAÑÍA DEBE COMPRAR Y LO QUE DEBE VENDER

Son el conjunto de productos que la empresa tiene almacenados para vender. Muchos negocios corren el riesgo de que sus existencias pasen a ser obsoletas. Pero las compañías productoras con una ventaja competitiva duradera tienen una virtud: los productos que venden no cambian nunca y, en consecuencia, nunca quedan obsoletos.

CUENTAS A COBRAR NETAS: EL DINERO QUE SE DEBE A LA EMPRESA

Son las ventas que se han realizado pero aún no se han cobrado, por haberse realizado a plazo. Si una compañía presenta sistemáticamente un porcentaje inferior que la competencia de cuentas a cobrar netas en relación con las ventas brutas, ésta tendrá normalmente algún tipo de ventaja competitiva a su favor que los demás no tienen.

ACTIVOS CORRIENTES TOTALES Y COEFICIENDE DE SOLVENCIA

El coeficiente de solvencia se obtiene dividiendo los activos corrientes por el pasivo corriente; cuánto más alta es la proporción, más líquido tiene la compañía. Un coeficiente de solvencia superior a 1 se considera bueno, mientras que cualquier valor inferior se considera malo, ya que puede tener dificultades para satisfacer las obligaciones a corto plazo ante sus acreedores. Hay excepciones de empresas con una ventaja competitiva duradera que tienen un coeficiente de solvencia inferior a 1. La explicación es que su rentabilidad es tan alta que puede cubrir fácilmente todo su pasivo corriente. Además, como resultado de su alta rentabilidad, estas compañías no tienen ningún problema en recurrir al mercado de valores para conseguir algo de efectivo adicional a corto plazo. También pueden pagar unos generosos dividendos, o recomprar acciones propias, dos operaciones que reducen las reservas de efectivo y contribuyen a que su coeficiente de solvencia caiga por debajo de 1. De aquí que el coeficiente de solvencia nos sirva de poco.

PROPIEDADES, PLANTAS DE PRODUCCIÓN Y EQUIPOS. NO TENERLOS PUEDE SER POSITIVO.

Los bienes inmuebles de una compañía, su planta de producción y sus equipos, así como su valor colectivo, aparecen en el balance de situación como un activo, con su coste original menos la amortización acumulada. La amortización es el desgaste progresivo que experimentan la planta de producción y los equipos. Cada año se asume un gasto determinado de amortización.

Una compañía que tiene una ventaja competitiva duradera no debe modernizar constantemente su planta y sus equipos para continuar siendo competitiva.  Podrá financiar internamente cualquier planta o equipos nuevos, mientras que una compañía sin ninguna ventaja competitiva se verá obligada a recurrir a la deuda para financiar su necesidad constante de modernizar sus plantas para seguir estando a la altura de la competencia.

Tal como dice Warren, fabricar un producto uniforme que no necesita cambiar equivale a unos beneficios sistemáticos. El producto uniforme significa que no hay ninguna necesidad de destinar grandes cantidades de dinero a actualizar las plantas y los equipos sólo para seguir siendo competitivos, lo cual libera mucho dinero para dedicarlo a otras operaciones generadoras de ganancias. Para convertirnos en ricos, en primer lugar debemos ganar dinero, y lo mejor es ganar mucho dinero. Una de las maneras de lograrlo es no tener que gastar grandes cantidades únicamente para no ser menos que los vecinos.

FONDO DE COMERCIO

Los negocios que se benefician de algún tipo de ventaja competitiva duradera no se venden prácticamente nunca por debajo de su valor contable. Cuando lo hacen estaremos ante la oportunidad de nuestra vida. (ampliar el concepto con algún otro manual)

ACTIVOS INTANGIBLES: MEDIR LO QUE NO PUEDE MEDIRSE

Los activos intangibles son activos que no pueden tocarse físicamente, como patentes, derechos de autor, marcas comerciales, franquicias, nombres de marca y similares. Actualmente, las compañías no pueden incluir en sus balances de situación ningún activo intangible desarrollado internamente. De este modo se ha puesto fin a las fantasiosas valoraciones de los activos intangibles adquiridos a un tercero sí que se incluyen en el balance con su valor justo. Si un activo tiene una vida finita, como ocurre, por ejemplo, con las patentes, éste se amortiza a lo largo de su vida útil con un cargo anual en la cuenta de pérdidas y ganancias y en el balance.

Con las empresas que tienen alguna ventaja competitiva duradera se produce una situación algo extraña. Por ejemplo el nombre de la marca Coca- Cola tiene un valor superior a los 100.000 millones de dólares, pero, como es un nombre de marca desarrollado internamente, su valor real como activo intangible no aparece reflejad en el balance de Coca- Cola.

Esta es una de las razones que ha provocado que la fuerza de la ventaja competitiva duradera para aumentar la riqueza de los accionistas haya permanecido oculta a los inversores durante tanto tiempo.

INVERSIONES A LARGO PLAZO

Esta partida registra el valor de las inversiones a largo plazo como acciones, bonos y bienes inmuebles. Es un tipo de activo que se anota en los libros a su coste o valor de mercado, según cuál de ellos sea inferior. Nunca puede aparecer a un precio superior a su coste ni tan siquiera si las inversiones han aumentado su valor. Ello significa que una compañía puede tener un activo de gran valor que aparece en sus libros con una valoración considerablemente inferior a su precio de mercado.

ACTIVOS TOTALES Y SU RENTABILIDAD

Si sumamos los activos corrientes y los activos no corrientes obtendremos los activos totales de la compañía. Estos activos totales coincidirán con el total del pasivo más los fondos propios. Unos se equilibran con los otros, y ello es lo que refleja un balance de situación. Para medir la eficiencia de la empresa los analistas calculan la tasa de rendimiento sobre los activos, que se calcula dividiendo las ganancias netas entre los activos totales.

Una de las cosas que ayuda a que la ventaja competitiva de una empresa sea duradera es el coste de los activos que se necesitan para entrar en el juego. Es como el foso de agua de un castillo.

Mientras muchos analistas sostienen que cuanto más alto sea el rendimiento de los activos es mejor, Warren ha descubierto que un rendimiento muy alto puede ser indicativo de la vulnerabilidad de la ventaja competitiva de la compañía. Conseguir 43.000 millones de dólares para comprar Coca- Cola es una tarea imposible, conseguir 1.700 millones para adquirir Moody´s entra dentro del reino de lo posible. Aunque el rendimiento económico subyacente de Moody´s es muy superior al de Coca- Cola, la durabilidad de la ventaja competitiva de Moody´s es mucho más débil debido al coste interior de entrar en su negocio.

PASIVO CORRIENTE

Son las deudas y las obligaciones a las que debe hacer frente la empresa dentro del año fiscal. Este pasivo aparece en el balance de situación bajo las partidas de cuentas a pagar, gastos anticipados, deuda a corto plazo, deuda a largo plazo vencida y otros pasivos corrientes.

DEUDA A CORTO PLAZO: COMO PUEDE REPRESENTAR LA MUERTE DE UNA INSTITUCIÓN FINANCIERA

La deuda a corto plazo es dinero que la empresa debe y que tiene que pagar dentro del año. Esta deuda incluye los efectos comerciales y los préstamos bancarios a corto plazo. El dinero a corto plazo ha sido históricamente más barato que el dinero a largo plazo. Ello significa que es posible ganar dinero pidiendo prestado a corto plazo y prestándolo a largo plazo.

Una parte de la ecuación del desastre de pedir dinero prestado a corto plazo es qué ocurre si prestamos toso este dinero a largo plazo pero nuestros acreedores deciden no prestarnos dinero a corto plazo. De repente nos encontramos con que tenemos que devolver todo este dinero que pedimos prestado a corto plazo y prestamos a largo plazo. Pero no tenemos este dinero, porque lo prestamos a largo plazo, lo que significa que no nos lo devolverán hasta dentro de muchos años.

La manera más inteligente y segura de ganar dinero en el sector de la banca es pedirlo prestado a largo plazo y prestarlo también a largo plazo. Es por ello que los bancos intentan continuamente vendernos estos certificados de depósito a cinco y diez años. Aunque ser agresivo puede comportar unas grandes ganancias de dinero a corto plazo, también lleva a menudo a desastres financieros a largo plazo. Y uno nunca se hace rico si se pone del lado de un desastre financiero.

VENCIMIENTO DE LA DEUDA A LARGO PLAZO Y PROBLEMAS QUE PUEDE CAUSAR

Para la mayoría de los negocios, la deuda a largo plazo no es un pasivo corriente anual. No obstante, unas pocas corporaciones muy grandes sí tienen una parte de su deuda a largo plazo que vence anualmente. El problema puede aparecer cuando algunas compañías la agrupan con la deuda a corto plazo en el balance, ya que con ello se crea la falacia de que la empresa tiene más deuda a corto plazo de la que realmente tiene.

Por norma general, las empresas con una ventaja competitiva duradera necesitan muy poca o ninguna deuda a largo plazo para poder seguir con sus operaciones comerciales y, en consecuencia, tienen muy poca o ninguna deuda a largo plazo que vence. Así pues, si vemos una compañía que tiene mucha deuda a largo plazo que vence, existen muchas posibilidades de que esta compañía no disfrute de ninguna ventaja competitiva a largo plazo.

PASIVO CORRIENTE TOTAL Y COEFICIENTE DE SOLVENCIA

Dividiendo el activo corriente total entre el pasivo corriente total puede determinarse la liquidez de la compañía. Cuanto más alto sea el coeficiente de solvencia, más liquidez tendrá la empresa y más capacidad tendrá para pagar su pasivo corriente cuando venza. Un coeficiente de solvencia superior a 1 se considera bueno, y cualquier valor inferior a 1 se considera malo. Si es inferior a 1, se cree que la empresa puede tener dificultades para hacer frente a sus obligaciones a corto plazo ante sus acreedores. No obstante hay empresas con ventaja competitiva duradera que presentan un coeficiente de solvencia inferior a 1, ya que no necesitan atesorar ningún colchón de liquidez debido a la inmensa rentabilidad que genera su ventaja competitiva.

DEUDA A LARGO PLAZO: ALGO ESCASO EN LAS GRANDES COMPAÑÍAS

La deuda a largo plazo es una deuda que vence en algún momento posterior a un año vista. En nuestra búsqueda de un negocio excelente con una ventaja competitiva a largo plazo, el importe de la deuda a largo plazo que una empresa presenta en sus libros dice mucho sobre la naturaleza económica del negocio en cuestión.

Las compañías con una ventaja competitiva duradera muestran normalmente muy poca o ninguna deuda a largo plazo en sus balances de situación. Esto es así porque estas empresas son tan rentables que se autofinancian cuando deben ampliar el negocio o realizar adquisiciones, por lo que nunca deben pedir prestadas grandes cantidades de dinero. En cualquier año dado, la empresa debería disponer de unos beneficios netos anuales suficientes como para hacer frente a su deuda a largo plazo con los beneficios de los próximos tres o cuatro años. Aquí la norma es sencilla: una deuda a largo plazo pequeña o inexistente significa una buena apuesta a largo plazo.

 

PASIVO TOTAL Y COEFICIENTE DE DEUDA- FONDOS PROPIOS

El pasivo total es la suma de todas las deudas de la empresa. Se trata de una cifra importante que puede utilizarse para conocer la relación éntrela deuda y los fondos propios, que, con una ligera modificación, podemos utilizar para identificar si un negocio tiene o no una ventaja competitiva duradera.

La relación entre la deuda y los fondos propios se ha utilizado históricamente para saber si una compañía está utilizando la deuda para financiar sus operaciones o sus fondos propios (que incluye las reservas). La empresa con una ventaja competitiva duradera utilizará su rentabilidad para financiar sus operaciones y, por lo tanto, en teoría, debería presentar un valor más alto de los fondos propios y un valor más bajo de deudas totales.

La ecuación es: ratio entre deuda y fondos propios= pasivo total entre fondos propios. El problema de utilizar este ratio como identificador es que el rendimiento económico de estas empresas con ventaja competitiva es tan alto que no necesitan ninguna gran cantidad de capital/ reservas en sus balances de situación para seguir adelante; en algunos casos incluso no los necesitan en absoluto. Gracias a su gran rentabilidad, a menudo dedicarán su capital/ reservas acumuladas, para comprar acciones propias, lo cual hará que disminuya su base de capital/ reservas. Ello, a su vez, provocará un aumento en la relación entre la deuda y el capital, con frecuencia hasta el punto de que esta relación terminará pareciendo la de un negocio mediocre sin ninguna ventaja competitiva. A menos que estemos analizando una institución financiera, siempre que veamos una relación ajustada entre deuda y fondos propios inferior a 0,80 (cuanto más baja mejor) será muy probable que la compañía en cuestión disponga de la tan codiciada ventaja competitiva duradera que estamos buscando.

FONDOS PROPIOS/ VALOR CONTABLE

Al restar todos los pasivos personales de todos los activos personales se obtiene el patrimonio neto personal. Si tomamos el total de activos de una compañía y le restamos el total de sus pasivos, obtendremos el patrimonio neto, que también se conoce como los fondos propios o el valor contable del negocio.

Los fondos propios aparecen bajo la partida de capital, que incluye las acciones preferentes y las acciones ordinarias, las primas de emisión y las reservas. Si sumamos el pasivo total y los fondos propios totales obtendremos una cifra que debe ser igual a los activos totales, y este equilibrio es precisamente lo que refleja un balance de situación.

ACCIONES PREFERENTES Y ORDINARIAS: PRIMA DE EMISIÓN

Cuando una empresa recauda dinero vendiendo acciones preferentes u ordinarias al público, este no debe devolverse nunca. Este dinero es de la compañía para siempre y podrá utilizarlo como desee. Una acción ordinaria es un título de propiedad de la compañía. Los propietarios de acciones ordinarias son los propietarios de la empresa y tienen derecho a elegir un consejo de administración, que, a su vez, contratará un director general para que lleve las riendas del negocio.

Existe un segundo tipo de capital, las acciones preferentes. Los titulares de acciones preferentes también tienen prioridad sobre los propietarios de acciones ordinarias en caso de que la compañía caiga en bancarrota. En lo que afecta al balance de situación, las acciones preferentes y las acciones ordinarias se contabilizan en los libros a su valor a la par, y todo el dinero pagado por encima de este valor cuando la empresa vendió las acciones aparecerá en los libros como “prima de emisión”.

Lo raro de las acciones preferentes es que las empresas con una ventaja competitiva duradera acostumbran a no tener ninguna. Ello se debe a que no suelen tener deuda. Ganan tanto dinero que pueden autofinanciarse. Y aunque las acciones preferentes son técnicamente capital, puesto que el dinero original recibido por la compañía no debe devolverse nunca, éstas funcionan como deuda por el hecho de tener que pagar dividendos. Uno de los indicadores que debemos tener en cuenta en nuestra búsqueda de una compañía con una ventaja competitiva duradera es la ausencia de acciones preferentes dentro de su estructura de capital.

RESERVAS: EL SECRETO DE WARREN PARA CONVERTIRSE EN INMENSAMENTE RICO

Al final del día, las ganancias netas de una empresa pueden repartirse como dividendos o pueden utilizarse para comprar acciones propias, o bien pueden guardarse para que el negocio siga creciendo. Cuando se guardan en el negocio, estas ganancias se suman a una partida del balance de situación, bajo el capital, conocidas como “reservas”.

Si las ganancias se guardan y se utilizan de una manera rentable, pueden mejorar en gran manera la imagen económica a largo plazo del negocio.

Para conocer las ganancias netas anuales que se añadirán a las reservas de la compañía, debemos tomar las ganancias netas después de impuestos y restarles los importes que la empresa ha pagado en dividendos y el gasto realizado en la compra de acciones propias durante el año.

Las reservas son una cifra acumulada, lo cual significa que las reservas nuevas de cada año se suman al total acumulado de reservas de todos los días anteriores. De la misma manera, si la compañía pierde dinero, esta pérdida se resta de lo que la compañía ha acumulado en el pasado. Si la compañía pierde más dinero del que tiene acumulado, la cifra de reservas terminará con un valor negativo.

De todos los importes de un balance de situación que pueden ayudarnos a determinar si la compañía tiene o no una ventaja competitiva duradera, éste es uno de los más importantes. Es importante porque si una compañía no ve aumentar sus reservas, tampoco podrá hacer crecer su patrimonio neto. Si su patrimonio neto no crece, es muy improbable que pueda convertirnos en ricos a largo plazo.

Uno de los grandes secretos del éxito de Warren con Berkshire Hathaway es que dejó de pagar dividendos el mismo día en que asumió el control de la empresa. Ello permitió añadir el 100% de las ganancias netas anuales de la compañía a las reservas. A medida que fueron apareciendo oportunidades, invirtió las reservas de la empresa en negocios que ganaban aún más dinero; este dinero se añadía a la totalidad de las reservas y, con el tiempo, se invertía en otras operaciones de gran rentabilidad. Con el paso del tiempo, la reserva cada vez mayor le permitió ganar cada vez más y más dinero.

La teoría es muy simple: cuantas más ganancias guarde una compañía, más rápidamente crecerán sus reservas acumuladas, lo cual, a su vez, hará aumentar el ritmo de crecimiento de las ganancias futuras. La trampa es, evidentemente, que debe ir comprando compañías con una ventaja competitiva duradera.

ACCIONES PROPIAS: A WARREN LE GUSTA VERLAS EN EL BALANCE

Puesto que una alta rentabilidad de los fondos propios es uno de los indicios de una ventaja competitiva duradera, resulta muy adecuado saber si este alto rendimiento de los activos se genera a través de ingeniería financiera, de un rendimiento económico excepcional del negocio o de una combinación de ambos. Para saberlo, sólo hay que convertir el valor negativo de las acciones propias a un valor positivo y sumarlo a los fondos propios en lugar de restarlo. A continuación hay que dividir los beneficios netos de la compañía por este nuevo total de fondos propios. Ello nos dará el rendimiento de los activos de la compañía sin los efectos de la ingeniería financiera. La presencia de acciones propias en el balance, y un historial de compra de acciones propias, son un buen indicador de una ventaja competitiva duradera.

RENTABILIDAD DE LOS FONDOS PROPIOS

Los fondos propios son el resultado de restar a los activos totales de la empresa el total de sus pasivos.

Los fondos propios pueden proceder de tres fuentes. Una es el capital que se recaudó originalmente al vender las acciones preferentes y ordinarias al público. La segunda es cualquier venta posterior de acciones, una vez que la empresa está en funcionamiento. La tercera es la acumulación de reservas.

Puesto que todo el capital pertenece a la compañía, y puesto que la compañía pertenece a los titulares de las acciones, el capital pertenece realmente a los titulares de las acciones ordinarias, razón por la cual se conoce como fondos propios.

El cálculo de la rentabilidad de los fondos propios se calcula tomando las ganancias netas y dividiéndolas por los fondos propios.

Un rendimiento muy alto del capital significa que la compañía sabe utilizar bien las ganancias que guarda. Con el tiempo, este alto rendimiento del capital se irá acumulando y hará aumentar el valor subyacente del negocio, que, a la larga, terminará siendo reconocido por el mercado bursátil con un precio cada vez más alto de las acciones de la compañía.

Algo que hay que tener en cuenta: algunas compañías sin tan rentables que no necesitan guardar nada de sus ganancias, y las reparten en su totalidad entre los accionistas.

PROBLEMA DEL APALANCAMIENTO Y MALAS PASADAS QUE PUEDE JUGAR

El apalancamiento es el uso de la deuda para aumentar los beneficios de la empresa. Por ejemplo, una empresa pide prestados 100 millones al 7%, invierte este dinero y con su inversión gana el 12%. Ello significa que gana un 5% más que el coste del capital. El resultado es que añaden 5 millones a la línea de resultados, con lo cual aumentan los beneficios y el rendimiento del capital. El problema del apalancamiento es que puede hacer que una empresa parezca tener algún tipo de ventaja competitiva, cuando en realidad lo único que hace es utilizar una gran cantidad de deuda. Debemos evitar los negocios que utilizan mucho apalancamiento para generar beneficios.

ESTADO DE FLUJO DE EFECTIVO

Hay una diferencia enorme entre el negocio que crece necesitando una gran cantidad de capital, y el negocio que crece sin necesidad de capital.

La mayoría de las compañías utilizan lo que se conoce como un método de contabilidad de devengo en lugar del método conocido como de caja. Con el método del devengo, las ventas se contabilizan cuando los artículos salen por la puerta, incluso aunque el comprador tarde años en pagar por ellos. Con el método de caja, las ventas sólo se contabilizan una vez que se recibe el efectivo. Puesto que la mayoría de los negocios conceden algún tipo de crédito a sus compradores, a las compañías les resulta más ventajoso utilizar el método de devengo, ya que éste les permite contabilizar las ventas a crédito como ingresos bajo las “cuentas a cobrar” en la cuenta de pérdidas y ganancias.

Puesto que el método del devengo permite contabilizar las ventas a crédito como ingresos, las compañías deben realizar un seguimiento independiente del flujo de efectivo real que entra y sale del negocio. El estado de flujo de efectivo sólo nos dirá si la compañía ingresa más efectivo del que gasta o si gasta más efectivo del que ingresa.

Este estado de flujo de efectivo se divide en tres secciones: el flujo de efectivo procedente de las actividades ordinarias, el procedente de las actividades de inversión y el procedente de las actividades financieras. Si sumamos las tres, obtendremos la variación neta en efectivo de la compañía.

GASTOS DE CAPITAL: NO TENERLOS ES UNO DE LOS SECRETOS PARA ENRIQUECERSE

Los gastos de capital o gastos de inversión, son desembolsos de efectivo (o su equivalente en activos) que tienen una naturaleza más permanente, como los bienes inmuebles, las plantas de producción y los equipos. También incluyen los gastos intangibles, como las patentes. Básicamente, son activos que se gastan a lo largo de un periodo superior a un año debido a la amortización. Los gastos de capital se registran en el estado de flujo de efectivo bajo las operaciones de inversión.

En lo relativo a los gastos de capital, no todas las empresas son iguales. Muchas deben realizar unos grandes gastos de capital sólo para poder permanecer en el negocio. Si los gastos de capital son altos a lo largo de varios años, acabarán teniendo un gran impacto sobre los beneficios.

Por norma general una empresa con ventaja competitiva duradera dedica una parte más pequeña de sus beneficios a los gastos de capital para poder continuar con sus operaciones que aquellas compañías que no disfrutan de ninguna ventaja competitiva.

Warren ha descubierto que si una empresa utiliza históricamente el 50% o menos de sus beneficios netos anuales para los gastos de capital, entonces ésta es un buen lugar para buscar una ventaja competitiva duradera. Si utiliza menos de un 25% de sus beneficios para estos gastos, será con mucha probabilidad una empresa excelente.

VALORAR LA EMPRESA CON VENTAJA COMPETITIVA DURADERA

Warren busca negocios en los que crea ser capaz de predecir cómo serán dentro de diez o quince años.

Para Warren las acciones de una empresa con ventaja competitiva son el equivalente al capital y los beneficios antes de impuestos son el equivalente a un cupón o pago de intereses de un bono, un cupón que crece año tras año, lo que hace aumentar de una manera natural el valor del capital/ bono. Los beneficios por acción continúan creciendo con el tiempo, ya sea a través de un aumento del negocio, una expansión de las operaciones o la compra de acciones propias con el dinero acumulado en las arcas de la empresa. Así con los años los números crecerán de manera exponencial.

1 comentario:

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