LA CUENTA DE PÉRDIDAS Y GANANCIAS
Warren
empieza siempre por estudiar la cuenta de pérdidas y ganancias de las empresas.
Estas cuentas indican al inversor los resultados de las operaciones de la
compañía durante un periodo concreto. Una cuanta de P y G tiene tres
componentes básicos. En primer lugar, los ingresos del negocio, y después los
gastos de la compañía, que se restan de los ingresos y nos indican si la
compañía terminó el periodo en cuestión con beneficios o pérdidas.
Unos de los
aspectos de la perspicacia de Warren fue dividir el mundo de los negocios en
dos grupos diferentes. En primer lugar estaban las compañías con una ventaja
competitiva duradera a largo plazo sobre la competencia. El otro grupo eran
todos aquellos negocios mediocres que luchaban año tras año dentro de un
mercado competitivo, lo que los convertía en unas malas inversiones a largo
plazo. En la búsqueda de uno de estos increíbles negocios se dio cuenta de que
los componentes individuales de la cuenta de P y G de una empresa podían
indicarle si la compañía poseía o no la ventaja competitiva duradera a largo
plazo que él tanto codiciaba y que iba a convertirle en súper rico. No sólo era
una cuestión de si la compañía ganaba dinero o no. Lo importante era el tipo de
márgenes que tenía, si debía destinar mucho dinero a desarrollo e investigación
para conservar su ventaja competitiva y si tenía que endeudarse de una manera
importante para ganar dinero. Para Warren la fuente de las ganancias es siempre
más importante que las ganancias en sí mismas.
INGRESOS: LA
VÍA DE ENTRADA DEL DINERO
La primera
línea de la cuenta de pérdidas y ganancias indica siempre los ingresos totales.
Esta es la cantidad de dinero que entró por la puerta durante el periodo en
cuestión (un trimestre o un año).
Para
determinar si una empresa consigue beneficios hay que restar el importe de los
gastos del negocio de estos ingresos totales. Los ingresos totales menos los
gastos nos dan los beneficios netos. Uno de los grandes secretos para ganar
dinero es gastar menos.
COSTE DE LAS
VENTAS: CUANTO MÁS BAJO, MEJOR
Justo debajo
de la línea de ingresos totales se encuentra el importe del coste de las
ventas. Es el coste de compra de los artículos que la compañía revende o bien
el coste de los materiales y la mano de obra utilizados para la fabricación de
los productos que vende. Si la compañía se dedica a la prestación de servicios
y no a la venta de productos, entonces acostumbra a utilizarse “coste de
ingresos” en lugar de “coste de ventas”.
MARGEN
BRUTO/ PORCENTAJE DE MARGEN BRUTO
Si restamos
de los ingresos totales de la compañía el importe del coste de las ventas,
obtendremos el margen bruto. Este es el dinero que gana la compañía a partir de
sus ingresos totales después de restar los costes de las materias primas y de
la mano de obra utilizados para producir las mercancías. Aquí no se incluyen
categorías como los costes de ventas o administrativos, la amortización ni los
costes financieros de llevar el negocio.
El margen bruto por sí solo nos dice muy poco,
pero si lo dividimos por los ingresos totales nos da el porcentaje de margen
bruto, y eso si que es relevante. Las
empresas que tienen unos factores económicos excelentes a largo plazo que
juegan a su favor acostumbran a presentar unos porcentajes de margen bruto más
altos que los que no la tienen. Este porcentaje de margen bruto alto lo crea la
ventaja competitiva duradera, que es lo que le da la libertad para fijar el
precio de los productos y servicios que vende muy por encima del coste de las
mercancías vendidas. Sin una ventaja competitiva, las empresas deben competir
bajando los precios del producto o servicio que venden. Ello provoca una
reducción de sus márgenes de beneficios y, en consecuencia, de su rentabilidad.
Como norma
muy general, con sus excepciones, puede decirse que las compañías con unos
porcentajes de margen bruto del 40% o superiores acostumbran a ser empresas con
algún tipo de ventaja competitiva. Cualquier porcentaje del 20% o inferior es
normalmente un buen indicador de una industria altamente competitiva en la que
ninguna compañía es capaz de crear una ventaja competitiva duradera sobre la
competencia.
No podemos
olvidar que una compañía con un porcentaje de margen bruto alto puede ir por el
mal camino y quedarse sin su ventaja competitiva. Una de estas maneras son los
costes de investigación altos, otra son los gastos de ventas y administrativos
y una tercera manera son los gastos financieros altos sobre la deuda.
Cualquiera de estos tres costes puede destruir la solidez económica de la
compañía a largo plazo. Estos costes se conocen como gastos de explotación y
son la espina para cualquier negocio.
GASTOS DE
EXPLOTACIÓN
Justo debajo
de la línea del margen bruto de la cuenta de P y G aparece un grupo de gastos
conocidos como gastos de explotación. Éstos son todos los costes directos de la
compañía asociados a la I+D y al desarrollo de nuevos productos, los costes de
ventas y administrativos de poner el producto en el mercado, la amortización,
los gastos de reestructuración y desvalorización y el “varios” que sirve para
todo y que incluye todos los gastos no de explotación y no recurrentes. Una vez
que se suman todas estas entradas, el resultado son los gastos de explotación
totales de la compañía, que a continuación se restan del margen bruto para
darnos los beneficios o las pérdidas de explotación de la empresa.
GASTOS DE
VENTAS, GENERALES Y ADMINISTRATIVOS
Incluyen los
salarios de administración, el coste de la publicidad y los viajes, gastos
jurídicos, costes por las nóminas y similares.
Aquí es muy
importante la flexibilidad. Si las ventas empiezan a caer, significa que caen
los ingresos. Si la compañía no puede reducir los gastos VGA con la suficiente
rapidez con la que caen los ingresos, los gastos empiezan a comerse cada vez
más su margen bruto.
Cuanto más
bajos sean los gastos VGA de la empresa, mejor. Y si estos pueden mantenerse
bajos de una manera sistemática, todavía mejor. En el mundo de los negocios,
todo lo que esté por debajo del 30% se considera fantástico.
INVESTIGACIÓN
Y DESARROLLO
Lo que
parece una ventaja competitiva duradera a largo plazo es, con frecuencia, una
venta conferida a la compañía por una patente o algún avance tecnológico. Si la
ventaja competitiva viene dada por una patente, como es el caso de las
compañías farmacéuticas, llega un día en el que la patente expira y, con ello,
desaparece la ventaja competitiva.
Si es la
ventaja es el resultado de algún avance tecnológico, siempre existe la amenaza
as de que una tecnología más moderna lo sustituya.
Estas
compañías no sólo deben dedicar unas altas sumas de dinero a I+D, sino que
también deben inventar constantemente nuevos productos y ello las obliga a
rediseñar y actualizar sus programas de ventas.
La norma de
Warren es, pues, la siguiente: las compañías que deben realizar grandes
inversiones en I+D presentan un fallo inherente en su ventaja competitiva que
pondrá constantemente en riesgo su rendimiento económico a largo plazo, lo que
significa que no son seguras.
AMORTIZACIÓN
Todas las
máquinas y los edificios sufren un deterioro a lo largo del tiempo; este
desgaste se refleja en la cuenta de P y G bajo el concepto de amortización.
Básicamente, el importe de la amortización de un valor durante un año concreto
es un coste que se resta de los ingresos de ese año. Ello tiene mucho sentido:
el importe de la amortización de un activo puede considerarse como que se ha
utilizado para la actividad comercial de la compañía durante el año que ha
generado los ingresos.
La
amortización es un coste real de la actividad comercial, ya que en algún
momento en el futuro ese activo deberá cambiarse.
La compra
del activo hará que, en el balance, salga 1 millón de la partida de efectivo y
pase a la partida de planta y equipos. Seguidamente, a lo largo de 10 años ( o la
vida útil del activo) el coste amortizado de 100.000 al año aparecerá en la cuenta de P y G como
un gasto. En el balance de cada año se restarán 100.000 de la partida de
activos de planta y equipos y se añadirán 100.000 a la cuenta pasiva de
amortización acumulada. El desembolso de capital real de 1 millón para el
activo aparecerá en el estado de flujo de efectivo bajo los gastos de capital.
El gasto no se asume en su totalidad en el año de la compra, sino que se asigna
como un gasto de amortización a la cuenta de P y G en incrementos de 100.000 a
lo largo de un periodo de diez años.
El EBITDA
significa “beneficios antes de intereses, impuestos y amortización”. Warren
cree que la amortización es un gasto muy real que debe incluirse siempre en
todos los cálculos de ganancias. Si no se hace así, nos estaremos engañando a
nosotros mismos a corto plazo pensando que el negocio obtiene más dinero del
que gana realmente.
Las empresas
con una ventaja competitiva duradera acostumbran a presentar unos costes de amortización
menores expresados como porcentaje sobre el margen bruto que las compañías
deben sufrir la desgracia de una competencia muy fuerte.
GASTOS
FINANCIEROS
Son la línea
que refleja los intereses pagados, durante el trimestre o durante todo el año,
por la deuda que la compañía presenta en su balance de situación como un
pasivo. La inmensa mayoría de las empresas productoras y de los negocios
minoristas pagan más en intereses de lo que ganan con ellos.
Estos se
conocen como costes financieros, y no como costes de explotación, y aparecen en
una partida propia independiente. Cuanta más deuda tenga la compañía, más
intereses deberá pagar.
Las empresas
con una ventaja competitiva duradera presentan normalmente unos gastos
financieros muy pequeños, e incluso inexistentes. Aquí la norma es muy
sencilla: en cualquier industria, la compañía con la proporción más baja entre
pagos de intereses y beneficios de explotación es normalmente la que tiene más
posibilidades de disfrutar de ventaja competitiva.
GANANCIAS O
PÉRDIDAS EN LA VENTA DE ACTIVOS Y OTROS
Se refleja
aquí la diferencia entre los ingresos generados por la venta de un activo y el
valor contable que aparece en libros.
Al ser
operaciones no recurrentes, no debemos tenerlas en cuenta para cualquier
cálculo de los beneficios netos y valorar si existe ventaja competitiva.
BENEFICIO
ANTES DE IMPUESTOS
Son los
ingresos de una compañía una vez que se han deducido todos los gastos pero
antes de restar el importe de los impuestos sobre beneficios.
BENEFICIO
NETO
Una vez que
se han deducido todos los gastos e impuestos de los ingresos de una compañía,
finalmente obtenemos las ganancias netas, es decir, el dinero que ha ganado la
compañía después de pagar todos los impuestos.
Aquí hay un
par de conceptos que ayudan a determinar si la compañía tiene una ventaja
competitiva duradera:
El primero
es si los beneficios netos muestran o no una tendencia histórica de
crecimiento. La entrada de los beneficios netos de un año aislado no tiene
ningún valor. Pero cuidado con la recompra de acciones. Si una compañía reduce
el número de acciones en circulación, se estará reduciendo el número de
acciones que se utilizan para dividir los beneficios netos de la empresa, lo
que a su vez hará aumentar los beneficios por acciones, aunque los beneficios
netos reales no hayan crecido.
Una norma
muy sencilla es que si una empresa presenta un historial de beneficios netos superior
al 20% de sus ingresos totales, existen muchas posibilidades de que ésta se
esté beneficiando de algún tipo de ventaja competitiva a largo plazo. Si sus
beneficios netos están por debajo del 10% sobre sus ingresos totales, es muy
probable que esté operando en un sector altamente competitivo en el que ninguna
empresa tenga una ventaja competitiva duradera. Entre el 10 y el 20% estarán un
montón de empresas que pueden ser un verdadero tesoro como inversión que nadie
ha descubierto todavía. La excepción pueden ser las empresas financieras, que
pueden presentar números muy tentadores a costa de asumir riesgos demasiado
elevados.
BENEFICIOS
POR ACCION: LA DIFERENCIA ENTRE LOS GANADORES Y LOS PERDEDORES
Por norma
general, cuanto más gana una empresa por acción, más alto es el precio de la
acción. Para determinar esta cifra debemos tomar el importe de los beneficios
netos y dividirlo por el número de acciones en circulación.
Lo que
Warren busca es una imagen de beneficios por acción en un intervalo de diez años
que muestre regularidad y una tendencia al alza. Los beneficios sistemáticos
son normalmente el indicio de que la empresa vende un producto o una
combinación de productos que no debe pasar por ningún proceso de cambio
oneroso.
Hay sectores
altamente competitivos que son proclives a los grandes altibajos. Las alzas
aparecen cuando la demanda es superior a la oferta, pero cuando la demanda es
alta, la empresa aumenta la producción para satisfacerla, lo que hace aumentar
los costes y, a la larga, lleva a un exceso de oferta en el sector. Este exceso
provoca una caída de precios, lo cual significa que la compañía pierde dinero
hasta que llega la siguiente alza. Esto podríamos aprovecharlo para ir anti
cíclicamente y aprovechar las bajadas.
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