Una vez más vuelve a salir el tema de la independencia. Para Kostolany un millonario es aquel cuyo capital o renta no depende de nadie y es suficiente para satisfacer sus aspiraciones y necesidades. No necesita trabajar y no tiene que inclinarse ante un jefe ni ante los clientes.
El dinero acude a aquellos que lo buscan con pasión. Debemos aprender el funcionamiento de la bolsa y los fundamentos de la especulación, psicología y como reaccionan las masas ante los acontecimientos.
El especulador debe ser un espectador pasivo de los movimientos que él no ha causado, pero de los que intenta beneficiarse.
El secreto es saber leer entre líneas, interpretar los acontecimientos. La interpretación de los acontecimientos lleva a actuar a los distintos grupos de inversores y especuladores. Prever como va a reaccionar cada uno de estos grupos es el secreto de la especulación de éxito.
Cuando se critica a los especuladores se comete un gran error. Los especuladores ponen su capital a disposición de la economía, lo que da liquidez al mercado y hace que podamos abrir y cerrar posiciones sin problemas.
El jugador de bolsa lee noticias, lee entre líneas, y actúa. Los requisitos que debe tener son agudeza de visión, buena cultura general, experiencia y conocimiento de la vida y permanente pasión por la bolsa. A todo esto yo añadiría conocimiento de como funcionan los mercados.
Para especular no es preciso saberlo todo, sino comprenderlo todo para, en el momento preciso, conocer el significado exacto de las consecuencias y obrar de manera adecuada.
la bolsa es lógica, pero tiene una lógica muy especial, con muy poca relación con la del hombre de la calle.
Para comprender la bolsa en su conjunto, hay que conocer el mecanismo de los movimientos al alza y a la baja, cómo se producen, cómo se desarrollan y cómo llegar a su fin. De acuerdo con la lógica de la bolsa, no puede considerarse como un axioma que las acciones buenas suben y que las que no lo son bajan; tampoco puede considerarse el que las cotizaciones de la bolsa bajan cuando la situación económica es mala y que cuando es buena tienen que subir.
Los movimientos en zig-zag y a corto plazo son de todo punto incalculables e incomprensibles, en este sentido la bolsa se comporta como un alcohólico, cuando está borracho reacciona de modo inesperado y sorprendente; con frecuencia recibe con lágrimas las buenas noticias y se ríe de las malas.
Respecto a los movimientos a largo plazo, para preverlos no hace falta ser un especialista en bolsa sino futurólogo, técnico o incluso un pequeño profeta. Aun cuando se conozca a fondo y de modo perfecto una rama determinada, no se puede prever de dónde surgirá la competencia de todo el sector o de una empresa. En consecuencia, para tener éxito a largo plazo se precisaría ser un visionario, pero esas evoluciones a largo plazo no tienen mucho que ver con los auténticos movimientos cíclicos de la Bolsa.
Así pues, solo nos queda un interesante campo de batalla: el de la especulación a plazo medio, de acuerdo con los movimientos cíclicos. En él, al menos, los factores influyentes pueden ser analizados de manera concreta y se pueden conocer argumentos (correctos o falsos)así como formarse ideas y conceptos.
En la lógica bolsística existe sólo un postulado: oferta y demanda. Aquí todo depende de una sola cosa: si hay más papel que tontos o más tontos que papel. La tendencia depende de si para el vendedor es más urgente y necesario vender sus acciones que para el comprador obtener acciones a cambio de dinero. Las cotizaciones suben cuando hay ahorradores, grandes y pequeños, que quieren y pueden comprar. Quieren comprar porque juzgan la situación financiera y económica de manera optimista, y pueden comprar porque disponen de dinero líquido en la cartera. Este es todo el secreto del movimiento al alza, aún cuando los hechos fundamentales, así como las noticias sobre la situación de la economía, hablen en contra.
Si la fantasía y el dinero son negativos, las cotizaciones se precipitan a la baja presionadas por la oferta. Los factores fantasía y dinero son mucho más decisivos que las realidades concretas para la marcha general de la Bolsa.
La crisis económica provoca en muchos el temor a perder sus puestos de trabajo o sus ingresos. Consecuentemente, ahorran cuando pueden. El consumo disminuye y las cuentas de ahorro aumentan. Dado que el peligro de inflación se ha alejado, por cierto tiempo y en alguna medida, las empresas afectadas rebajan los intereses para facilitar la aceptación de créditos. Cuando la acumulación de capital supera las necesidades de inversión, el dinero sobrante se transfiere a la bolsa para ser invertido en la compra de papel de buena cotización y futuro.
Con frecuencia la bolsa no sufre tanto a causa de la crisis económica en sí, sino de las medidas con que el gobierno trata de luchar contra una coyuntura excesivamente activa.
Suele
darse el caso de que durante una coyuntura favorable, la bolsa retroceda. La
crisis económica consecuente con las medidas del gobierno, se presentará más
tarde. Con igual frecuencia los gobiernos toman medidas para reanimar la
coyuntura. La bolsa es la primera en beneficiarse, pues las cotizaciones suben
ya antes de que la economía haya reaccionado favorablemente a la iniciativa
gubernamental. Esto determina que en la bolsa evolucionen las cotizaciones de
manera en principio ilógica e incomprensible a los ojos del profano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario