PUNTO DE
PARTIDA DE WARREN PARA ENCONTRAR LA COMPAÑÍA EXCEPCIONAL
Warren ha
visto que estas supercompañías disponen de tres modelos de negocio básicos:
venden un producto único, o bien venden un servicio único, o bien son el
comprador y el vendedor de bajo coste de un producto o servicio que el público
necesita sistemáticamente.
Vender un producto único: A partir del proceso de la necesidad
y la experiencia de los clientes, y con la promoción a través de la publicidad,
los fabricantes de estos productos han introducido sus “historias” en nuestras mentes y así nos inducen a pensar
en ellos cuando queremos satisfacer una necesidad. A Warren le gusta pensar en
estas compañías como propietarias de una parte de la mente del consumidor, y
cuando esto ocurre, la compañía en cuestión no debe cambiar nunca su producto.
También puede cobrar unos precios más altos y vender una mayor cantidad de sus
productos, creando así unos estados financieros espectaculares..
Vender un servicio único: Son servicios que la gente necesita,
y por los que está dispuesta a pagar. Los aspectos económicos de vender un
servicio único pueden ser fenomenales. Una compañía no debe gastar mucho dinero
rediseñando sus productos, ni tampoco tiene que dedicar ninguna fortuna a la
construcción de una planta de producción y almacenes para sus productos. Las
compañías que venden servicios únicos y que poseen una parte de la mente del
consumidor pueden obtener unos márgenes superiores que las empresas que venden
productos.
Ser el comprador y el vendedor de bajo coste
de un producto o servicio que el público necesita sistemáticamente: Aquí se renuncia a los márgenes altos
a favor del volumen, y el aumento del volumen compensa con creces la reducción
de los márgenes. La clave está en ser el comprador de bajo coste y el vendedor
de bajo coste, lo cual permite disponer de un margen superior al de la
competencia y al mismo tiempo continuar siendo el vendedor de bajo coste de un
producto o servicio. El hecho de ofrecer el mejor precio de la ciudad hace que
los consumidores piensen en la compañía cuando tienen que ir a comprar.
Es así de
sencillo: venda un producto o un servicio único, o sea el comprador y el
vendedor de bajo coste de un producto o servicio, y los beneficios llegarán,
año tras año, como si hubiera hecho saltar la banca del casino de Montecarlo.
LA
DURABILIDAD
Lo que crea
toda la riqueza es la durabilidad de la ventaja competitiva. Es la solidez del
producto lo que crea la solidez en los beneficios. Si la compañía no tiene
necesidad de cambiar continuamente de producto, tampoco debe gastar millones en
investigación y desarrollo, ni tampoco dedicar miles de millones a remodelar su
planta de producción para fabricar el modelo para el año siguiente. Así, el
dinero se acumula en las arcas de la empresa, lo que significa que no debe
soportar ninguna deuda importante, lo que implica no pagar muchos intereses, lo
cual significa que termina con mucho dinero para ampliar sus operaciones o bien
para recomprar sus acciones, lo que hará que aumenten las ganancias y que suba
el precio de las acciones de la empresa, lo que hará que los accionistas sean
progresivamente más ricos. Así, cuando analizamos los estados financieros de
una empresa, debemos buscar solidez. ¿Presenta sólidamente unos márgenes brutos
altos? ¿Soporta regularmente una deuda mínima o incluso inexistente? ¿No debe
gastar nunca grandes sumas de dinero en I+D? ¿Presenta un crecimiento sólido de
sus ganancias?
EL LUGAR
DONDE SE ESCONDE EL ORO
La cuenta de
pérdidas y ganancias nos explica cuánto dinero ha ganado una compañía durante
un período concreto. Nos permite conocer los márgenes, el rendimiento de los
activos, y la solidez y dirección de sus ganancias. Todos estos factores son
necesarios para determinar si una compañía se beneficia o no de una ventaja
competitiva duradera.
El balance
de situación nos indica el dinero que la compañía tiene en el banco y cuanto
dinero debe. Sólo hay que restar el segundo del primero y tendremos el
patrimonio neto. La cantidad de efectivo que tiene la compañía o la cantidad de
deuda a largo plazo son indicadores de la presencia de una ventaja competitiva
duradera.
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