Una de las
primeras cosas que debemos estudiar en una empresa son sus activos disponibles
(dinero en efectivo e inmuebles), y la cantidad de dinero que debe a sus
proveedores, a los bancos y a los titulares de obligaciones. Los balances de
situación son válidos únicamente en una fecha concreta.
Un balance
se divide en dos partes: la primera comprende todos los activos. Se incluyen el
efectivo, las cuentas a cobrar, el inventario, los bienes inmuebles, la planta
y los equipos. La segunda comprende el pasivo y el patrimonio neto. Bajo el
concepto de pasivo encontramos dos tipos diferentes: el pasivo corriente y el
pasivo no corriente. El pasivo corriente es el que se debe dentro del año, que
incluye las cuentas a pagar, los gastos diferidos, la deuda a corto plazo y la
deuda a largo plazo vencida. El pasivo no corriente es aquel que vencerá en un
año o un plazo más largo e incluye el dinero que se adeuda a los proveedores,
los impuestos no pagados, los préstamos bancarios y los empréstitos en
obligaciones.
Si tomamos
todos los activos y les restamos todos los pasivos, obtendremos el del patrimonio neto del negocio, que es lo
mismo que los fondos propios.
ACTIVOS
Aquí es
donde se guarda todo lo bueno: el dinero en efectivo, la planta y los equipos,
las patentes y todo lo que genera riqueza. Los activos corrientes son aquellos
que son efectivo o bien pueden convertirse o se convertirán en efectivo en un
periodo muy corto.
Todos los
demás activos son aquellos que no son corrientes, lo que significa que no se
convertirán en efectivo en el plazo de un año.
CICLO DE
ACTIVOS CORRIENTES: COMO HACER DINERO
Son los
activos que se encuentran dentro del ciclo de efectivo que se dedica a la
compra de inventario; a continuación, este inventario se vende y se convierte en
cuentas a cobrar. Las cuentas a cobrar, una vez abonadas, vuelven al efectivo.
Efectivo, inventario, cuentas a cobrar, efectivo. Este ciclo se repite una y
otra vez, y así es como la compañía gana dinero.
EFECTIVO Y
EQUIVALENTES DE EFECTIVO
Una de las
primeras acciones que Warren lleva a cabo es mirar los activos para ver cuánto
efectivo y equivalentes de efectivo tiene una compañía. Una cifra elevada de
efectivo indica una de las dos siguientes cosas: o bien que la empresa tiene
una ventaja competitiva que genera una gran cantidad de efectivo, lo que es un
dato positivo, o bien que simplemente ha vendido un negocio o muchos bonos, lo
cual puede ser algo no tan bueno. Una cantidad baja o la falta de reservas de
efectivo significan, normalmente, que la compañía tiene un rendimiento
económico bajo o mediocre.
El dinero
entra por la puerta, y si entra más rápidamente de lo que se necesita para
cubrir los costes operativos, entonces éste empieza a acumularse; a medida que
se va acumulando, la empresa debe decidir qué hacer con él. Tradicionalmente,
las empresas han utilizado el excedente de efectivo para ampliar sus
operaciones, pero los negocios nuevos invierten en negocios de los que
adquieren la propiedad parcial a través del mercado bursátil, compran acciones
propias o bien pagan dividendos a los accionistas. Pero a menudo simplemente lo
guardan para cuando lleguen tiempos peores.
Una empresa
dispone básicamente de tres maneras de crear una gran reserva de efectivo.
Puede vender obligaciones o acciones al público, con lo cual se crea una
reserva de efectivo antes de hacer uso de éste. También puede vender un negocio
existente u otros activos propiedad de la empresa, con lo cual también se crea
una reserva de efectivo antes de que la compañía encuentre otros usos para
éste. O bien tiene un negocio que genera más efectivo del que necesita para su
funcionamiento. Es precisamente este último escenario de una gran reserva de
efectivo creada por un negocio que genera más de lo que necesita lo que atrae
realmente la atención de Warren, un negocio que dispone de algún tipo de
ventaja competitiva duradera a su favor.
Cuando
Warren ve una empresa que sufre un problema económico a corto plazo que provoca
que el precio de sus acciones baje, mirará el efectivo o los títulos realizables
que la compañía ha acumulado, para así tener una idea de si dispone de la
fuerza financiera necesaria para salir de los problemas en los que se ha
metido.
Así pues, la
norma es la siguiente: si vemos una gran reserva de capital y de títulos realizables
y muy poca o ninguna deuda, existen muchas posibilidades de que el negocio siga
adelante y supere los momentos difíciles. Pero si la empresa lucha por
conseguir efectivo y soporta una deuda muy elevada, entonces probablemente se
trate de un barco que se está hundiendo. Si vemos una gran cantidad de deuda,
muy probablemente no estaremos ante un negocio excepcional. Pero si vemos un
montón de efectivo acumulándose y poca o ninguna deuda, y ninguna vena de
acciones nuevas o activos, y también vemos un historial de ganancias
sistemáticas, entonces probablemente nos encontremos ante un negocio excelente
con la ventaja competitiva que buscamos.
El efectivo
es el rey durante los tiempos difíciles, por lo que si disponemos de él cuando
la competencia no o tiene, entonces nosotros tendremos el mando.
EXISTENCIAS:
LO QUE LA COMPAÑÍA DEBE COMPRAR Y LO QUE DEBE VENDER
Son el
conjunto de productos que la empresa tiene almacenados para vender. Muchos
negocios corren el riesgo de que sus existencias pasen a ser obsoletas. Pero
las compañías productoras con una ventaja competitiva duradera tienen una
virtud: los productos que venden no cambian nunca y, en consecuencia, nunca
quedan obsoletos.
CUENTAS A
COBRAR NETAS: EL DINERO QUE SE DEBE A LA EMPRESA
Son las
ventas que se han realizado pero aún no se han cobrado, por haberse realizado a
plazo. Si una compañía presenta sistemáticamente un porcentaje inferior que la
competencia de cuentas a cobrar netas en relación con las ventas brutas, ésta
tendrá normalmente algún tipo de ventaja competitiva a su favor que los demás
no tienen.
ACTIVOS
CORRIENTES TOTALES Y COEFICIENDE DE SOLVENCIA
El
coeficiente de solvencia se obtiene dividiendo los activos corrientes por el
pasivo corriente; cuánto más alta es la proporción, más líquido tiene la
compañía. Un coeficiente de solvencia superior a 1 se considera bueno, mientras
que cualquier valor inferior se considera malo, ya que puede tener dificultades
para satisfacer las obligaciones a corto plazo ante sus acreedores. Hay
excepciones de empresas con una ventaja competitiva duradera que tienen un
coeficiente de solvencia inferior a 1. La explicación es que su rentabilidad es
tan alta que puede cubrir fácilmente todo su pasivo corriente. Además, como
resultado de su alta rentabilidad, estas compañías no tienen ningún problema en
recurrir al mercado de valores para conseguir algo de efectivo adicional a
corto plazo. También pueden pagar unos generosos dividendos, o recomprar
acciones propias, dos operaciones que reducen las reservas de efectivo y
contribuyen a que su coeficiente de solvencia caiga por debajo de 1. De aquí
que el coeficiente de solvencia nos sirva de poco.
PROPIEDADES,
PLANTAS DE PRODUCCIÓN Y EQUIPOS. NO TENERLOS PUEDE SER POSITIVO.
Los bienes
inmuebles de una compañía, su planta de producción y sus equipos, así como su
valor colectivo, aparecen en el balance de situación como un activo, con su
coste original menos la amortización acumulada. La amortización es el desgaste
progresivo que experimentan la planta de producción y los equipos. Cada año se
asume un gasto determinado de amortización.
Una compañía
que tiene una ventaja competitiva duradera no debe modernizar constantemente su
planta y sus equipos para continuar siendo competitiva. Podrá financiar internamente cualquier planta
o equipos nuevos, mientras que una compañía sin ninguna ventaja competitiva se
verá obligada a recurrir a la deuda para financiar su necesidad constante de
modernizar sus plantas para seguir estando a la altura de la competencia.
Tal como
dice Warren, fabricar un producto uniforme que no necesita cambiar equivale a
unos beneficios sistemáticos. El producto uniforme significa que no hay ninguna
necesidad de destinar grandes cantidades de dinero a actualizar las plantas y
los equipos sólo para seguir siendo competitivos, lo cual libera mucho dinero
para dedicarlo a otras operaciones generadoras de ganancias. Para convertirnos
en ricos, en primer lugar debemos ganar dinero, y lo mejor es ganar mucho
dinero. Una de las maneras de lograrlo es no tener que gastar grandes
cantidades únicamente para no ser menos que los vecinos.
FONDO DE
COMERCIO
Los negocios
que se benefician de algún tipo de ventaja competitiva duradera no se venden
prácticamente nunca por debajo de su valor contable. Cuando lo hacen estaremos
ante la oportunidad de nuestra vida. (ampliar el concepto con algún otro
manual)
ACTIVOS
INTANGIBLES: MEDIR LO QUE NO PUEDE MEDIRSE
Los activos
intangibles son activos que no pueden tocarse físicamente, como patentes,
derechos de autor, marcas comerciales, franquicias, nombres de marca y
similares. Actualmente, las compañías no pueden incluir en sus balances de
situación ningún activo intangible desarrollado internamente. De este modo se
ha puesto fin a las fantasiosas valoraciones de los activos intangibles
adquiridos a un tercero sí que se incluyen en el balance con su valor justo. Si
un activo tiene una vida finita, como ocurre, por ejemplo, con las patentes,
éste se amortiza a lo largo de su vida útil con un cargo anual en la cuenta de
pérdidas y ganancias y en el balance.
Con las
empresas que tienen alguna ventaja competitiva duradera se produce una
situación algo extraña. Por ejemplo el nombre de la marca Coca- Cola tiene un
valor superior a los 100.000 millones de dólares, pero, como es un nombre de
marca desarrollado internamente, su valor real como activo intangible no
aparece reflejad en el balance de Coca- Cola.
Esta es una
de las razones que ha provocado que la fuerza de la ventaja competitiva
duradera para aumentar la riqueza de los accionistas haya permanecido oculta a
los inversores durante tanto tiempo.
INVERSIONES
A LARGO PLAZO
Esta partida
registra el valor de las inversiones a largo plazo como acciones, bonos y
bienes inmuebles. Es un tipo de activo que se anota en los libros a su coste o
valor de mercado, según cuál de ellos sea inferior. Nunca puede aparecer a un
precio superior a su coste ni tan siquiera si las inversiones han aumentado su
valor. Ello significa que una compañía puede tener un activo de gran valor que
aparece en sus libros con una valoración considerablemente inferior a su precio
de mercado.
ACTIVOS
TOTALES Y SU RENTABILIDAD
Si sumamos
los activos corrientes y los activos no corrientes obtendremos los activos
totales de la compañía. Estos activos totales coincidirán con el total del
pasivo más los fondos propios. Unos se equilibran con los otros, y ello es lo
que refleja un balance de situación. Para medir la eficiencia de la empresa los
analistas calculan la tasa de rendimiento sobre los activos, que se calcula
dividiendo las ganancias netas entre los activos totales.
Una de las
cosas que ayuda a que la ventaja competitiva de una empresa sea duradera es el
coste de los activos que se necesitan para entrar en el juego. Es como el foso
de agua de un castillo.
Mientras
muchos analistas sostienen que cuanto más alto sea el rendimiento de los
activos es mejor, Warren ha descubierto que un rendimiento muy alto puede ser
indicativo de la vulnerabilidad de la ventaja competitiva de la compañía.
Conseguir 43.000 millones de dólares para comprar Coca- Cola es una tarea
imposible, conseguir 1.700 millones para adquirir Moody´s entra dentro del
reino de lo posible. Aunque el rendimiento económico subyacente de Moody´s es
muy superior al de Coca- Cola, la durabilidad de la ventaja competitiva de
Moody´s es mucho más débil debido al coste interior de entrar en su negocio.
PASIVO
CORRIENTE
Son las
deudas y las obligaciones a las que debe hacer frente la empresa dentro del año
fiscal. Este pasivo aparece en el balance de situación bajo las partidas de
cuentas a pagar, gastos anticipados, deuda a corto plazo, deuda a largo plazo
vencida y otros pasivos corrientes.
DEUDA A
CORTO PLAZO: COMO PUEDE REPRESENTAR LA MUERTE DE UNA INSTITUCIÓN FINANCIERA
La deuda a
corto plazo es dinero que la empresa debe y que tiene que pagar dentro del año.
Esta deuda incluye los efectos comerciales y los préstamos bancarios a corto
plazo. El dinero a corto plazo ha sido históricamente más barato que el dinero
a largo plazo. Ello significa que es posible ganar dinero pidiendo prestado a
corto plazo y prestándolo a largo plazo.
Una parte de
la ecuación del desastre de pedir dinero prestado a corto plazo es qué ocurre
si prestamos toso este dinero a largo plazo pero nuestros acreedores deciden no
prestarnos dinero a corto plazo. De repente nos encontramos con que tenemos que
devolver todo este dinero que pedimos prestado a corto plazo y prestamos a
largo plazo. Pero no tenemos este dinero, porque lo prestamos a largo plazo, lo
que significa que no nos lo devolverán hasta dentro de muchos años.
La manera
más inteligente y segura de ganar dinero en el sector de la banca es pedirlo
prestado a largo plazo y prestarlo también a largo plazo. Es por ello que los
bancos intentan continuamente vendernos estos certificados de depósito a cinco
y diez años. Aunque ser agresivo puede comportar unas grandes ganancias de
dinero a corto plazo, también lleva a menudo a desastres financieros a largo
plazo. Y uno nunca se hace rico si se pone del lado de un desastre financiero.
VENCIMIENTO
DE LA DEUDA A LARGO PLAZO Y PROBLEMAS QUE PUEDE CAUSAR
Para la mayoría
de los negocios, la deuda a largo plazo no es un pasivo corriente anual. No
obstante, unas pocas corporaciones muy grandes sí tienen una parte de su deuda
a largo plazo que vence anualmente. El problema puede aparecer cuando algunas
compañías la agrupan con la deuda a corto plazo en el balance, ya que con ello
se crea la falacia de que la empresa tiene más deuda a corto plazo de la que
realmente tiene.
Por norma
general, las empresas con una ventaja competitiva duradera necesitan muy poca o
ninguna deuda a largo plazo para poder seguir con sus operaciones comerciales
y, en consecuencia, tienen muy poca o ninguna deuda a largo plazo que vence.
Así pues, si vemos una compañía que tiene mucha deuda a largo plazo que vence,
existen muchas posibilidades de que esta compañía no disfrute de ninguna
ventaja competitiva a largo plazo.
PASIVO
CORRIENTE TOTAL Y COEFICIENTE DE SOLVENCIA
Dividiendo
el activo corriente total entre el pasivo corriente total puede determinarse la
liquidez de la compañía. Cuanto más alto sea el coeficiente de solvencia, más
liquidez tendrá la empresa y más capacidad tendrá para pagar su pasivo
corriente cuando venza. Un coeficiente de solvencia superior a 1 se considera
bueno, y cualquier valor inferior a 1 se considera malo. Si es inferior a 1, se
cree que la empresa puede tener dificultades para hacer frente a sus
obligaciones a corto plazo ante sus acreedores. No obstante hay empresas con
ventaja competitiva duradera que presentan un coeficiente de solvencia inferior
a 1, ya que no necesitan atesorar ningún colchón de liquidez debido a la
inmensa rentabilidad que genera su ventaja competitiva.
DEUDA A
LARGO PLAZO: ALGO ESCASO EN LAS GRANDES COMPAÑÍAS
La deuda a
largo plazo es una deuda que vence en algún momento posterior a un año vista.
En nuestra búsqueda de un negocio excelente con una ventaja competitiva a largo
plazo, el importe de la deuda a largo plazo que una empresa presenta en sus
libros dice mucho sobre la naturaleza económica del negocio en cuestión.
Las
compañías con una ventaja competitiva duradera muestran normalmente muy poca o
ninguna deuda a largo plazo en sus balances de situación. Esto es así porque
estas empresas son tan rentables que se autofinancian cuando deben ampliar el
negocio o realizar adquisiciones, por lo que nunca deben pedir prestadas
grandes cantidades de dinero. En cualquier año dado, la empresa debería
disponer de unos beneficios netos anuales suficientes como para hacer frente a
su deuda a largo plazo con los beneficios de los próximos tres o cuatro años.
Aquí la norma es sencilla: una deuda a largo plazo pequeña o inexistente
significa una buena apuesta a largo plazo.
PASIVO TOTAL
Y COEFICIENTE DE DEUDA- FONDOS PROPIOS
El pasivo
total es la suma de todas las deudas de la empresa. Se trata de una cifra
importante que puede utilizarse para conocer la relación éntrela deuda y los
fondos propios, que, con una ligera modificación, podemos utilizar para
identificar si un negocio tiene o no una ventaja competitiva duradera.
La relación
entre la deuda y los fondos propios se ha utilizado históricamente para saber
si una compañía está utilizando la deuda para financiar sus operaciones o sus
fondos propios (que incluye las reservas). La empresa con una ventaja
competitiva duradera utilizará su rentabilidad para financiar sus operaciones
y, por lo tanto, en teoría, debería presentar un valor más alto de los fondos
propios y un valor más bajo de deudas totales.
La ecuación
es: ratio entre deuda y fondos propios= pasivo total entre fondos propios. El
problema de utilizar este ratio como identificador es que el rendimiento
económico de estas empresas con ventaja competitiva es tan alto que no
necesitan ninguna gran cantidad de capital/ reservas en sus balances de
situación para seguir adelante; en algunos casos incluso no los necesitan en
absoluto. Gracias a su gran rentabilidad, a menudo dedicarán su capital/
reservas acumuladas, para comprar acciones propias, lo cual hará que disminuya
su base de capital/ reservas. Ello, a su vez, provocará un aumento en la relación
entre la deuda y el capital, con frecuencia hasta el punto de que esta relación
terminará pareciendo la de un negocio mediocre sin ninguna ventaja competitiva.
A menos que estemos analizando una institución financiera, siempre que veamos
una relación ajustada entre deuda y fondos propios inferior a 0,80 (cuanto más
baja mejor) será muy probable que la compañía en cuestión disponga de la tan
codiciada ventaja competitiva duradera que estamos buscando.
FONDOS
PROPIOS/ VALOR CONTABLE
Al restar
todos los pasivos personales de todos los activos personales se obtiene el
patrimonio neto personal. Si tomamos el total de activos de una compañía y le
restamos el total de sus pasivos, obtendremos el patrimonio neto, que también
se conoce como los fondos propios o el valor contable del negocio.
Los fondos
propios aparecen bajo la partida de capital, que incluye las acciones
preferentes y las acciones ordinarias, las primas de emisión y las reservas. Si
sumamos el pasivo total y los fondos propios totales obtendremos una cifra que
debe ser igual a los activos totales, y este equilibrio es precisamente lo que
refleja un balance de situación.
ACCIONES
PREFERENTES Y ORDINARIAS: PRIMA DE EMISIÓN
Cuando una
empresa recauda dinero vendiendo acciones preferentes u ordinarias al público,
este no debe devolverse nunca. Este dinero es de la compañía para siempre y
podrá utilizarlo como desee. Una acción ordinaria es un título de propiedad de
la compañía. Los propietarios de acciones ordinarias son los propietarios de la
empresa y tienen derecho a elegir un consejo de administración, que, a su vez,
contratará un director general para que lleve las riendas del negocio.
Existe un
segundo tipo de capital, las acciones preferentes. Los titulares de acciones
preferentes también tienen prioridad sobre los propietarios de acciones
ordinarias en caso de que la compañía caiga en bancarrota. En lo que afecta al
balance de situación, las acciones preferentes y las acciones ordinarias se
contabilizan en los libros a su valor a la par, y todo el dinero pagado por
encima de este valor cuando la empresa vendió las acciones aparecerá en los
libros como “prima de emisión”.
Lo raro de
las acciones preferentes es que las empresas con una ventaja competitiva
duradera acostumbran a no tener ninguna. Ello se debe a que no suelen tener
deuda. Ganan tanto dinero que pueden autofinanciarse. Y aunque las acciones
preferentes son técnicamente capital, puesto que el dinero original recibido
por la compañía no debe devolverse nunca, éstas funcionan como deuda por el
hecho de tener que pagar dividendos. Uno de los indicadores que debemos tener
en cuenta en nuestra búsqueda de una compañía con una ventaja competitiva
duradera es la ausencia de acciones preferentes dentro de su estructura de
capital.
RESERVAS: EL
SECRETO DE WARREN PARA CONVERTIRSE EN INMENSAMENTE RICO
Al final del
día, las ganancias netas de una empresa pueden repartirse como dividendos o
pueden utilizarse para comprar acciones propias, o bien pueden guardarse para
que el negocio siga creciendo. Cuando se guardan en el negocio, estas ganancias
se suman a una partida del balance de situación, bajo el capital, conocidas
como “reservas”.
Si las
ganancias se guardan y se utilizan de una manera rentable, pueden mejorar en
gran manera la imagen económica a largo plazo del negocio.
Para conocer
las ganancias netas anuales que se añadirán a las reservas de la compañía,
debemos tomar las ganancias netas después de impuestos y restarles los importes
que la empresa ha pagado en dividendos y el gasto realizado en la compra de
acciones propias durante el año.
Las reservas
son una cifra acumulada, lo cual significa que las reservas nuevas de cada año
se suman al total acumulado de reservas de todos los días anteriores. De la
misma manera, si la compañía pierde dinero, esta pérdida se resta de lo que la
compañía ha acumulado en el pasado. Si la compañía pierde más dinero del que
tiene acumulado, la cifra de reservas terminará con un valor negativo.
De todos los
importes de un balance de situación que pueden ayudarnos a determinar si la
compañía tiene o no una ventaja competitiva duradera, éste es uno de los más
importantes. Es importante porque si una compañía no ve aumentar sus reservas,
tampoco podrá hacer crecer su patrimonio neto. Si su patrimonio neto no crece, es
muy improbable que pueda convertirnos en ricos a largo plazo.
Uno de los
grandes secretos del éxito de Warren con Berkshire Hathaway es que dejó de
pagar dividendos el mismo día en que asumió el control de la empresa. Ello
permitió añadir el 100% de las ganancias netas anuales de la compañía a las
reservas. A medida que fueron apareciendo oportunidades, invirtió las reservas
de la empresa en negocios que ganaban aún más dinero; este dinero se añadía a
la totalidad de las reservas y, con el tiempo, se invertía en otras operaciones
de gran rentabilidad. Con el paso del tiempo, la reserva cada vez mayor le
permitió ganar cada vez más y más dinero.
La teoría es
muy simple: cuantas más ganancias guarde una compañía, más rápidamente crecerán
sus reservas acumuladas, lo cual, a su vez, hará aumentar el ritmo de
crecimiento de las ganancias futuras. La trampa es, evidentemente, que debe ir
comprando compañías con una ventaja competitiva duradera.
ACCIONES
PROPIAS: A WARREN LE GUSTA VERLAS EN EL BALANCE
Puesto que
una alta rentabilidad de los fondos propios es uno de los indicios de una
ventaja competitiva duradera, resulta muy adecuado saber si este alto
rendimiento de los activos se genera a través de ingeniería financiera, de un
rendimiento económico excepcional del negocio o de una combinación de ambos.
Para saberlo, sólo hay que convertir el valor negativo de las acciones propias
a un valor positivo y sumarlo a los fondos propios en lugar de restarlo. A
continuación hay que dividir los beneficios netos de la compañía por este nuevo
total de fondos propios. Ello nos dará el rendimiento de los activos de la
compañía sin los efectos de la ingeniería financiera. La presencia de acciones
propias en el balance, y un historial de compra de acciones propias, son un
buen indicador de una ventaja competitiva duradera.
RENTABILIDAD
DE LOS FONDOS PROPIOS
Los fondos
propios son el resultado de restar a los activos totales de la empresa el total
de sus pasivos.
Los fondos
propios pueden proceder de tres fuentes. Una es el capital que se recaudó
originalmente al vender las acciones preferentes y ordinarias al público. La
segunda es cualquier venta posterior de acciones, una vez que la empresa está
en funcionamiento. La tercera es la acumulación de reservas.
Puesto que
todo el capital pertenece a la compañía, y puesto que la compañía pertenece a
los titulares de las acciones, el capital pertenece realmente a los titulares
de las acciones ordinarias, razón por la cual se conoce como fondos propios.
El cálculo
de la rentabilidad de los fondos propios se calcula tomando las ganancias netas
y dividiéndolas por los fondos propios.
Un
rendimiento muy alto del capital significa que la compañía sabe utilizar bien
las ganancias que guarda. Con el tiempo, este alto rendimiento del capital se
irá acumulando y hará aumentar el valor subyacente del negocio, que, a la
larga, terminará siendo reconocido por el mercado bursátil con un precio cada
vez más alto de las acciones de la compañía.
Algo que hay
que tener en cuenta: algunas compañías sin tan rentables que no necesitan
guardar nada de sus ganancias, y las reparten en su totalidad entre los
accionistas.
PROBLEMA DEL
APALANCAMIENTO Y MALAS PASADAS QUE PUEDE JUGAR
El
apalancamiento es el uso de la deuda para aumentar los beneficios de la empresa.
Por ejemplo, una empresa pide prestados 100 millones al 7%, invierte este
dinero y con su inversión gana el 12%. Ello significa que gana un 5% más que el
coste del capital. El resultado es que añaden 5 millones a la línea de
resultados, con lo cual aumentan los beneficios y el rendimiento del capital.
El problema del apalancamiento es que puede hacer que una empresa parezca tener
algún tipo de ventaja competitiva, cuando en realidad lo único que hace es
utilizar una gran cantidad de deuda. Debemos evitar los negocios que utilizan
mucho apalancamiento para generar beneficios.
ESTADO DE
FLUJO DE EFECTIVO
Hay una
diferencia enorme entre el negocio que crece necesitando una gran cantidad de
capital, y el negocio que crece sin necesidad de capital.
La mayoría
de las compañías utilizan lo que se conoce como un método de contabilidad de
devengo en lugar del método conocido como de caja. Con el método del devengo,
las ventas se contabilizan cuando los artículos salen por la puerta, incluso
aunque el comprador tarde años en pagar por ellos. Con el método de caja, las
ventas sólo se contabilizan una vez que se recibe el efectivo. Puesto que la
mayoría de los negocios conceden algún tipo de crédito a sus compradores, a las
compañías les resulta más ventajoso utilizar el método de devengo, ya que éste
les permite contabilizar las ventas a crédito como ingresos bajo las “cuentas a
cobrar” en la cuenta de pérdidas y ganancias.
Puesto que
el método del devengo permite contabilizar las ventas a crédito como ingresos, las
compañías deben realizar un seguimiento independiente del flujo de efectivo
real que entra y sale del negocio. El estado de flujo de efectivo sólo nos dirá
si la compañía ingresa más efectivo del que gasta o si gasta más efectivo del
que ingresa.
Este estado
de flujo de efectivo se divide en tres secciones: el flujo de efectivo
procedente de las actividades ordinarias, el procedente de las actividades de
inversión y el procedente de las actividades financieras. Si sumamos las tres,
obtendremos la variación neta en efectivo de la compañía.
GASTOS DE
CAPITAL: NO TENERLOS ES UNO DE LOS SECRETOS PARA ENRIQUECERSE
Los gastos
de capital o gastos de inversión, son desembolsos de efectivo (o su equivalente
en activos) que tienen una naturaleza más permanente, como los bienes
inmuebles, las plantas de producción y los equipos. También incluyen los gastos
intangibles, como las patentes. Básicamente, son activos que se gastan a lo
largo de un periodo superior a un año debido a la amortización. Los gastos de
capital se registran en el estado de flujo de efectivo bajo las operaciones de
inversión.
En lo
relativo a los gastos de capital, no todas las empresas son iguales. Muchas
deben realizar unos grandes gastos de capital sólo para poder permanecer en el
negocio. Si los gastos de capital son altos a lo largo de varios años, acabarán
teniendo un gran impacto sobre los beneficios.
Por norma
general una empresa con ventaja competitiva duradera dedica una parte más
pequeña de sus beneficios a los gastos de capital para poder continuar con sus
operaciones que aquellas compañías que no disfrutan de ninguna ventaja
competitiva.
Warren ha
descubierto que si una empresa utiliza históricamente el 50% o menos de sus
beneficios netos anuales para los gastos de capital, entonces ésta es un buen
lugar para buscar una ventaja competitiva duradera. Si utiliza menos de un 25%
de sus beneficios para estos gastos, será con mucha probabilidad una empresa
excelente.
VALORAR LA
EMPRESA CON VENTAJA COMPETITIVA DURADERA
Warren busca
negocios en los que crea ser capaz de predecir cómo serán dentro de diez o
quince años.
Para Warren
las acciones de una empresa con ventaja competitiva son el equivalente al
capital y los beneficios antes de impuestos son el equivalente a un cupón o
pago de intereses de un bono, un cupón que crece año tras año, lo que hace
aumentar de una manera natural el valor del capital/ bono. Los beneficios por
acción continúan creciendo con el tiempo, ya sea a través de un aumento del
negocio, una expansión de las operaciones o la compra de acciones propias con
el dinero acumulado en las arcas de la empresa. Así con los años los números
crecerán de manera exponencial.